Capitulo 3 ~Eric Lo dificil


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Capitulo 3 ~Eric
Lo dificil
Pisé el acelerador del porche hasta que alcanzó la maxima velocidad permitida en el camino, no quería nisiquiera voltear a ver al asiento del pasajero, sin emargo podía persibirlo. Cada movimiento, cada respirción, cada latido de su anormal corazón. Su olor a hombre de cien años. Todo en él era anormal y antinatural, pero ¿Qué podía hacer yo? Yo no era mas normal que él solo porque fuera mas civilizado, y en sierta forma, lo envidiaba puesto que él podía pasar por humano si quisiera en cambio yo…
Al frenar frente a la casa de Billius casí salí volando en mi urgencia por llegar a él. Si lograba anteponer mi palabra a la de Franck abría ganado algo.
—Billius –llamé desde la cocina, no tendría que gritar mientras me escuchara.
—Veo que ya llegaron Eric, me alegro. ¿Todo ha ido bien hoy?
—Billius, Franck quiere una audiencia.
—¿Qué? ¿Por qué?
—¿Recuerdas de la chica de la que estube hablando esta mañana?
—Si, quedamos que la vigilarías de cerca sin dejar que lo notara.
—Topazz la invitó a almorzar con nosotros, por suerte la atiborramos de tantos comentarios que no notó que ninguno tocó la comida. Pero a Tazz se le salieron algunos comentarios… sí, yo se que no dejaríamos que nadie lo supiera pero ella estaba tan confundida que no pudo saber nada… No, ese no es el mayor problema. Topazz y yo discutimos, y Franck ahora cree que el trato se está rompiendo y que tratamos de hacerle daño… Bueno, de hecho piensa que planeo comermela y luego dejar la aldea, pero… ¡No sabe nada! A no ser de… Esa Dalian! Se le ocurrió cantar un rap sobre nosotros, y ahora Gine cree que soy telepatico, lo cual es cierto, pero gracias al buen humor de algunos Gine se pudo dar cuenta de que no es eso lo unico que ocultamos.
Todo esto lo dije casi sin parar a respirar.
—¿Y donde están los otros?
Fue lo unico que permití decir a Billius despues de quedar exausto al consentrarme en su mente.
—Le pedí a Bengamin que los trajera en el Jeep, no tardan en llegar pero… ya están aquí.
Al instante Franck comenzó a tocar la puerta, para ser un zombie medio vivo lograba mantener sus modales.
Me quedé quieto mientras agachaba la cabeza, dandole a entender a Billius que sería mejor que él abriera. Habíamos roto ya varias reglas, me sentía realmente muy apenado con la persona que no hacía mas que mostrar su amabilidad para con nosotros.
Con paso lento pero firme, Billius se acercó a la puerta para encarar lo que vendría.
—Bllius –escuché saludar a Franck.
—Franck –le respondío Bill padre.
—Supongo que ya sabrás a lo que he venido, tu querido hijo me ha concedido una audiencia contigo, espero no te moleste.
—Tus visitas me son agradables de vez en cuando Franck, sobre todo cuando no traen problemas, pero al parecer esta no es una de esas visitas.
—Me temo que no.
—Te invito a que tomes asiento en la sala, ahí haremos la audiencia.
—Agradesco tu hospitalidad Billius, pero me gustaría empezar hasta que ella llegara.
—No –me había volteado para verlo a los ojos –ella no estará presente en la audiencia.
—Pero tiene que saber…
—Escuchará el beredicto en boca de Billius, pero no puede estar presente en la audiencia. Iría contra las reglas, ya que estariamos revelando nuestra identidad.
—¿Entonces que propones, hijo, para que ella sepa lo que se ha decidido?
—Yo permaneceré con ella afuera de la casa, Topazz será mi representante ya que Alic está fuera, así podrá golpear a Franck si es que hace algo estupido. Ademas tambien solicito que Bengamin y Dalian estén de testigos, por si se llegara a ocupar.
—Es solo una audiencia Aldric. Tu lo estás convirtiendo en un juicio penal… Pero como quieras, mientras más pronto acabemos con esto mejor. Tengo tarea de literatura.
—Pobre joven guardían, tiene que hacer su tarea –se burlaba Dalian entrando por la puerta principal con unos extraños lentes para sol puestos.
—Escuché que yo iba a golpear a alguien –Tazz volvía a bailotear mientras entraba por la puerta.
—¿Donde está Gine? –pregunté, pero no tardó en llegarme el olor a su fragante sangre.
—Aquí estoy –dijo saliendo de entre Bengamin.
—Sana y salva capitan –dijo Ben imitando el saludo militar.
Caminé a grandes sancadas para situarme a un lado de Gine, que a pesar de parecer mas relajada que antes, parecía preocupada.
—¿Estás asustada? –le pregunté al oido, aun que sabía que todos escuharían.
—¿Podré estar presente en la audiencia? –dijo, en voz alta, pero en su mente no dejaba de removerse ante la idea del por venir.
—No –le contesté.
—Entonces si –respondió ella.
Su cabeza se debatía entre permanecer ahí parada o pedirle a alguien poder estar presente en la audiencia. Ella quería defenderse de lo que fuera que le acusaran. Al parecer yo no era el único que consideraba esto como un juicio penal.
—No tienes que estar preocupada. Esta audiencia es para “guardar” tu seguridad. Además –me acerqué mas a su oido buscando que solo los mios pudieran escucharme –No dejaré que nada te pase.
Dalian colgó la cabeza y rodaba los ojos mientras Topazz trataba de ocultar pequeñas risas, ahora correría a contarle a Ben. Pero la reacción más importante fue la de Gine, al enrojecer sus mejillas con esa sangre que tanto embriagaba. Incluso Tazz y Dalian lo habían confirmado, y sí Alic estubiera aquí tambien habría coincidido.
—Bueno, ahora que ya estamos completos es hora de inciar la audiencia —Franck no había hecho nada por ocultar su impaciencia desde que llegó al lugar, y su mente me decía que no lo haría.
—Ven, nos vamos al portico.
La tomé suavemente de la mano, fue un error, ya que aun que llevaba guantes podía sentir al traspasar la tela; el pulso de su muñeca. Cinco milimetros de sangre moviendose con cada latido bajo mi mano. Ahí comprendí que Franck tenía razón, el unico peligro que corría Gine estaba entre mis manos. Yo era ese peligro.
Aflojando mi agarre la conducí al portico mientras escuchaba las pisadas de mi familia y un fenomeno dirijirse a la sala, donde mi telepatía podía decirme más de lo que mis sentidos desarrollados podrían. Aun así quise verificarlo.
—¿Puedes oir aquí? –le pregunté mientras cerraba la puerta.
—No –respondió. Era lista.
Tal vez pueda oir uno que otro susurro
Si, ella podía oir, así que la hice caminar hasta la banca blanca de madera que había bajo un árbol en medio del patio.
Ahora no podía escuchar ni un susurro, aun que yo podía oir varios, ademas de los pensamientos de las personas que había en la sala.
"—Damos inicio a esta audiencia…” ese era Billius, por ahora todo en orden.
—¿Tu en verdad tienes telepatía verdad? –Preguntó Gine, observanome directamente.
—¿Qué pasaría si te dijera que si? –dije rápido, ya que el aire se me estaba acabando y la corriente atraía el aroma de Gine hacia mi.
—Debe ser genial tener un don como ese –esta vez no era pregunta, así que no estaba obligado a contestarle. Pero lo hice.
—Si, es genial, a veces. –Entrecerré los ojos, retandola a que me hiciera otra pregunta, esperando que no fuera una de esas que tenía planeadas plantearme desde esta tarde.
Para mi suerte no estaba muy organizada.
—¿Qué puedes hacer con ella? Bueno, es que en la televisión salen diferentes tipos de telepatía, y a diferetes niveles.
—Ves mucho televisión –le dije mientras sonreía, procurando que su aroma no se metiera entre las comisuras de mis dientes.
—No en realidad, solo veo esos programas en lo que salen cosas paranormales.
—Puedo notarlo –esta vez salió una pequeña risilla de mi boca.
—Y bien ¿que puedes hacer?
Bueno, al fin y al cabo ya lo sabía.
“—Esto.” Le dije pensando en lo facil que sería evitar su aroma ahora que podía hablar con ella por medio de mi mente.
—¡Genial! –exclamó sosprendida.
“—…Por lo que pensé que se encontraba en peligro. No hay que ser muy listo para saber que a Eric le atrae la sangre de la chica, de hecho a todos les atrayó, pude escucharlo.”
“—Solo fue un comentario…
“—Es cierto, chico. Creí que Bengamin había traído un bistec crudo para el almuerso y pensaba cambiarselo por el puré de patata. No es que en verdad fuera a lansarmele a la chica”
—Papá, tu mas que nadie debería de confiar en el autocontrol de ellos…
“—¿Siempre has podido leer mi mente?” Los pensamientos de Gine, mas fuertes que nunca me sacaron de la sala de la casa.
“—Desde que llegaste a Gray Rvers.”
“—¿Y por que me vigilabas tan de serca…? Digo, cuando pudiste solo leer mi mente.”
“—No es tan sensillo. Esto me agota ¿sabes? Además las otras personas son como… señales de interferencia, por así decirlo. Además que Topazz me hizo ver que todos me tomarían como un loco psicopata que trata de asesinarte si te seguía espianso así.”
“—Entonces en verdad me espiabas.”
“—No todo el tiempo. Para ser preciso desde que ponías un pie fuera de tu departamento.”
Los dos reímos.
“—… Y esos son los terminos que acordamos cuando se creo nuestro pacto. Así que, a como yo lo veo, no soy quien está poniendo en riesgo el seceto.”
“—¿Y que propones hacer Franck?”
“—Pues lo que hemos hecho todo este tiempo, dejarme a mi la protección de los humanos...
—Estas escuchando lo que ellos dicen ¿verdad? O mas bien, lo que piensan.
—Así, es. ¿Me… permites un segundo? –Gine me había sorprendido volteando de lleno a la direccion de la casa. Ella asintió.
“—Topazz, dile a Franck que le propongo un trato. El servicio que él quiera acambio de que nos permita cuidar a Gine.”
De acuerdo”
Topazz siguió mis instrucciones al pie de la letra, ahora solo queda esperar...
—¿Entonces piensan matarme?
—¿Que dijiste?
—Que si peinsan matarme, bueno, sé su secreto y parece que lo toman muy enserio.
Urgué mas en su mente para saber lo que en verdad quería decir , y ahí estaba como escrito en papel un pensamiento que me dejaba ver que ella suponia que la dichosa audiencia era para decidir su destino.
—¿Como puedes pensar eso? Ya te he dicho que nada va a pasar, mataría a quien intentara hacerte daño.
Fue mi tono de voz y lo que dije lo que la dejo tan sorprendida, nunca había estado tan cerca de gritarle a ella.
—Perdona, no quise asustarte.
—No lo hiciste, es solo que, si la audiencia no es para eso, para decidir si vivo o muero entonces significa que sí es para cuidarme, ¿pero de qué?
“—Ni lo pienses Aldric, ninguna de las cosas que puedas ofrecerme me hará cambiar de opinion, el pacto original se respetará.”
Lo siento Eric, no pude convencerlo.”
Está bien Topazz, solo has tiempo, necesito hablar con él en persona.”
—¿Eric?
—Mira Gine, hay cosas en este mundo que tu no deberías de saber por tu propio bien, dejemoslo así.
—Pero si se trata sobre mi tengo derecho a estar enterada.
—No si eso significa ponerte en peligro.
—¿Hay alguna forma de saberlo sin ponerme en peligro?
—Si la hay, matandote. Pero no querrás que eso ocurra ¿verdad?
—¿A eso le llamas no ponerme en peligro?
—No lo entenderías hasta que te lo dijece, y no te lo pienso decir.
“—Eric, ya no puedo más, evade mis preguntas.”
Dile a Dalian que te heche una mano.”
—¿Y si no quiere?
“—Dile que le compraé el bumblebee que tanto quiere”
—Tienes que decirmelo.
—¿O si no?
—Me pondré de parte de Franck, sea lo que sea que eso signifique.
—¿Quieres morir?
—No.
—Entonces no te acerques a Franck.
“—¿En verdad me lo comprarás Eric?”
Solo sí consigues hacer tiempo”
Hecho man”
—Retiro lo dicho, si quiero morir, a menos que intentes decirme.
—¿Cómo te atreves a decir eso? ¿Qué no te importa tu familia?
—Mis padres murieron en un eccidente automovilistico genio. Creí que ya lo sabías…
—P-perdona, no, no lo sabía.
—Pues ahora si.
“—Sí lo que estás intentando es hacer tiempo te lo aseguro Aldric, no funcionará. Billius ya está pensando en declinar a mi favor.”
Ya no es necesario Franck, tengo algo que anularía la decición de Billius”
—Entonces ¿quieres saber lo que pasa no? ¿quieres saber que es lo que ocultamos? Pues la unica forma de saberlo sin hacerte daño es formando parte de esto, no será algo que pasará de la noche a la mañana, pero solo tienes que decirdirlo.
—Si.
—¿Si que?
—Yo creí que eras mas listo Eric, si acepto.
—¿Aceptar que?
—Ser parte de ese secreto, sea lo que sea, yo tambien quiero saberlo, quiero ser parte de eso.
—¿En verdad? Ni siquiera sabes lo que te pasará.
—No importa, dimelo de una vez y acaba con esto.
—Antes que te diga nada, tienes que saber, que si decides aceptar, renunciarás a más cosas de las qu te imaginas, no volverás a esa escuela, ni siquiera vivirás en esta ciudad por un tiempo, si tienes familiares no volverás a verlos hasta dentro de unos años.
—Mis padres murieron…
—Me refiero a que ningun familiar, ni lejano, ni sercano, ni la perrita de tu tía Dorothie podrá verte en decadas tal vez.
—Pero ¿Por qué? Ustedes tambien lo saben y pueden estar aquí ¿Qué pasa con su secreto?
—No lo comprenderás aun, mi querida Gine. Lo que me recuerda que nisiquiera podrás acercarte al chico que te gusta del colegio, a nadie, mas que a nosotros. No tendrás una familia normal en toda tu vida, jamas.
—Que alivio, creí que me separaría de ti.
No fue en parte lo que dijo, si no en lo que pensó y relaciono al final. Cuando mencioné al chico que le gustaba del colegio una imagen mia apareció en su mente, lo cual me hizo feliz, aun que seguía nervioso por lo que tendría que contarle.
—Será doloroso Gine, muy doloroso. De hecho morirás.
—Que gracioso, tu no dejarías que lo supiera si fuera tan peligroso como para matarme.
—Hablo en serio, por eso me tomo la precaución de advertirte a lo que te enfrentarás si decides aceptar este secreto.
—No es una religión satanica o algo así ¿verdad?
—Es mucho peor.
—Sí alguíen como Topazz y Dalian pertenecen a “eso” entonces no tengo de que preocuparme.
—Dime algo, ¿por que estás tan interesada en saber lo que ocultamos? ¿Por qué renunciarías a todo lo que tiene solo por ser parte de “esto”?
—Porque esto, eso, o lo que sea es parte de ti, y si yo pertenesco a esto tambien seré parte de ti. Si algo como ese secreto puede hacer que alguien como Dalian conviva con alguien como Topazz y alguien como ella esté comprometida con Bengamin, entonces ese secreto podría hacer que tu y yo…
—¿Que tu y yo qué?
—No es nada, solo dime el secreto de una vez.
—Sabes que no puedes tenerme secretos a mi, entonces si no quieres que ande por ahí usmeando en tu cabeza tendras que decirmelo.
—No harías eso… si, si lo harías. Bueno, sí ese secreto puede hacer que todos ustedes convivan falices, puede hacer que tu y yo… que tu y yo… que… tu… y yo…
—Que tu y yo estemos juntos por siempre. —Completé su oracion antes de que ella reconsiderara la idea de no decirmelo, para luego tomarla de la muñeca y aproximarla a mi.
Al diablo con el autocontrol, no tenía que consentrarme para saber que ni aun así de cerca sería capaz de hacerle nada. Solo me dediqué a besarla, sin importar que la sangre de su yugular pasara a sentimetros de mi mandibula. Nada de eso ya importaba. Por una vez, me sentí tan libre como un humano otra vez.
Ella había aceptado todas las condiciones y advertencias, tendría que decirle el secreto y Billius tendría que aceptarlo, lo dificil aquí era decircelo.


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