Capitulo 4 ~ Eric Lo prohibido


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Capitulo 4 ~ Eric
Lo prohibido
—A eso yo le llamo autocontrol hermano.
La voz de Alic resono en mi cabeza haciendome separarme de Gine y girar la cabeza rápidamente. El venía de la parte este de la casa donde colindaba con un bosque que rodeaba la mitad de la cercada.
—¿Qué haces aquí? Creí que regresarías mañana.
—Perdí una apuesta y tengo que pagarle al hombre que se viste tras los arboles, ademas un día entero sin Dalian es la muerte.
Con paso veloz y a la vez relajado, elegante, Alic se acercó un paso mas hacia nosotros.
—Ya no lo soporto más hermano, esa chica huele demasiado bien para mi gusto, me voy a dentro.
—Alic, espera…
—¿El es Alic? –preguntó Gine, que acababa de salir de su shoock
—El mismo –respondió él –Hay alguien en casa ¿cierto? ¿Quien es esta vez?
—Franck.
—Ah, ya entiedo ¿Te metiste en problemas no es así Eric? ¿Es por ella? ¿Ella es la chica de la que hablabas esta mañana?
—Si, es ella, si, estoy en problemas, y no, no es su culpa, es mia.
—Y supongo que ya le habrás dicho o ¿no? Por que… bueno, ese beso…
—¡Aldric! –Rugió Franck saliendo por la puerta de la casa, casi corriendo, Topazz y Bengamin le seguían el paso, o mejor dicho, cada uno intentaba detenerlo por su lado.
—¿Qué le has dicho monstruo dejenerado?
—Hey, hey, tu no puedes hablar así de él bestia anormal –Esta vez era Bill quien se acercaba desde por donde había llegado Alic.
—¿Le has contado Eric? –preguntó Topazz tan sorprendida como el mismo Franck.
—No, no le he dicho nada.
—Ecuché que Alic dijo algo sobre un beso.
—Eso no significa nada…
—¿Eric?
—No me refiero a eso Gine. ¿Podrían de una vez dejarme hablar?
—Intenta hablar cuando te haya cortado la cabeza…
—¡Franck!
Billius había llegado, sus sola presencia hacía que todos guardaramos el mas profundo silencio. En la mayoría de los casos él es el que tenía la ultima palabra.
—Vamos todos a calmarnos, y a escuchar. Solo responderán lo que yo les conteste ¿De acuerdo? –sin esperar respuesta continuo –Eric, le rebelaste a Gine nuestro secreto?
—No –respondí.
—Gine ¿el te beso?
—Si – respondió sonrojandose.
—Entonces, si nadie ha dicho nada entonces no hay ningun problema…
—Pero si hay algo que decir –interrumpí a Billius.
—¿Qué es?
—Georgine ha decidido saber que es lo que pasa, aun con sus consecuencias y valla que me precaví diciendole todas y cada una de ellas.
—Eso es cierto –me apoyó Gine.
—Esto no se trata solo de decidirlo o no, Eric.
—Ella ya está en peligro Billius, ¿como podríamos sacarla si no es de esa manera?
—Dejandola a cargo de Franck.
—Estaría perdida…
—Hemos confiado por años en él Eric, y hasta ahora no ha habido ningun problema.
—Pero ella es diferente Billius, incluso tu puedes sentirlo, ese aroma no es nada normal.
—Eric…
—Billius, creo que Eric en verdad quiere decir algo importante, lo he visto.-dijo Topazz mirandome fijamente a los ojos, a pesar de que aun seguia enganchada del brazo de Franck.
—¿Algo importante? ¿Algo como para usar “ese” recurso?
—¡Si, si! –exclamó Topazz explotando en brinquitos –me encantaría decirtelo yo misma, pero es mas conveniente que te lo diga él.
No sé lo que había visto Topazz en mis ojos pero tenía rázon al suponer que quería usar ese recuerso, aun sí me llegará a cansar.
—¿Estas seguro Eric?.
—Totalmente –no lo estaba, pero si quería.
Me levanté de la banca blanca, soltando con delicadesa la muñeca de Gine, voltee a verla para que supiera que todo estaba bien y me encaré a Billius quitandome un guante. Él estiró una mano hacia mi.
—¿Estás listo? –pregunté, esto solía desconcertar a las personas.
—Si, lo estoy –respondió, y un segundo despues toqué su mano.
De inmediato imágenes y pensamientos comenzaron a tranferirse de mi mente a la suya, pero no solo eso, si no que también los sentimientos, todo lo que estaba persiviendo en ese momento Billius también lo persivía, desde el insoportable aroma de Gine, hasta mi cariño por ella. Todo en ese momento giraba en nuestro alrrederor, era algo que costaba mucho consentración, y lo cual me dejó exausto.
Despues de la conección ambos caímos rendidos hacia atrás, antes de que Billius callera Bengamin que estaba mas serca lo sujetó, mientras que Bill y Alic me sujetaron a mi.
Nos costó unos segundos recuperarnos, esa era la razón por la cual no solía usar esa rama de mi don, pero aun así, la situación lo ameritaba, solo así podría convencer a Billius.
—¿Eso es lo que sientes por ella? –dijo Billius entre bocanadas de aire.
—Si, eso es.
Los dos seguimos procurando anivelar nuestros alientos, despues de todo la ultima vez que lo utilizé le provoqué un paro cardiaco a Bengamin.
Volteé a ver a Gine, que se había levantado de la banca también y ahora se acercaba.
—Estoy bien, Billius ya lo entendió. —Le respondí antes de que pudiera preguntarme.
—El sentimiento es demasiado fuerte –agregó Billius –me temo que no hay otra opción.
—¿Qué quieres decir con eso? –cuestionó Franck intentando safarse aún del brazo de Topazz.
—Lo que has escuchado Franck, la chica quiere saberlo. Se que es muy apresurado pero lo menos que podemos hacer es contarle, al menos así estará segura de lo que quiere.
—Así ya no tendrá otra opción, tendrán que convertirla.
—¿Convertirme en que?
—Ese es el secreto Gine, ahora ¿estás segura de querer saberlo? –le pregunté, anhelando que contestara que si.
—¡Un momento! ¡No pueden! –interrumpió Franck.
—¿Por qué no? No estamos rompiendo el pacto.
—Eso ya lo sé. Pero aun así no pueden hacerlo, por que… yo tambien la quiero!
Esto ultimo ninguno se lo esperaba, incluso Topazz lo soltó de la impresión. A pesar de que había leido su mente varias veces en el día no imaginé algo así. Pero ahora estaba muy claro.
—Aun así –reanudó Billius –Ella tiene que saber, despues de todo sabe ya algo, tarde o temprano tendrá que saberlo todo.
—¡Yo! ¡Yo! Ese fue el trato Eric. Dijiste que si algún día le rebelabamos el secreto a Gine sería yo la que se lo mostrara. –Topazz seguía brincando, ahora con más libertad ya que había soltado a Franck.
—¡No puede saberlo ahora! –volvió a exclamar Franck.
­—Honestamente Franck me tienes harto, pero tienes razon, ya ha sido demasiado por un día para Gine, si todo sigue en pie continuaremos mañana.
El ambiente comenzó a relajarse despues de decir eso.
—¿Como te fue en la caza Alic? –Preguntó Dalian acercandose a mi hermano.
—Perfecto si no hubiera sido por una apuesta que perdí con el enano.
—¿A quien le dices enano? ¡Mido tres centimetros mas que tu! ¿oiste? ¡Tres!
Y así, como si nada, los tres emprendieron camino hacia la casa.
“—De seguró acompañaras a Gine a su casa hermano, así que nos veremos despues” tomando dulcemente de la mano a Bengamin ambos tambien se metieron a la casa.
—Este si que fue un día duro. Topazz estaba planeando hacer unos panesillos desde la mañana, seguro que ya los tiene listos. –menciono Billius con un tono tan relajado que se asemejaba al de Dalian –veré si ya estan, se me antojo uno. ¿Tu querrás uno Gine?
—N-no, gracias.
—Bueno, entonces nos veremos mañana.
—Hasta mañana.
Y billius tambien hizo compañía en la casa. Ahora solo quedabamos Gine, Franck, y yo.
—Sube al carro Gine, yo voy en unos minutos.
—Pero no te pienso dejar aquí.
—Ve Gine, no nos haremos nada –dijo Franck dedicandole por primera vez una sonrisa.
Gine abrió la boca para protestar, pero al no encontrar nada que decir, a paso lento se subió al porche.
­—Debes admitir Franck, que tu ubieras sido quien le rebelara nuestro secreto.
—Lo habría hecho con otro proposito, espesificamente para alejarla de ustedes.
—Me lo suponía, si realmente no quisieras que se enterará tal vez Tazz no habría podido detenerte.
—Conservo la esperanza de que cuando sepa lo que son los aborresca tanto como yo y cambie de opinion.
—Recuerda que tu no puedes leerle la mente Franck.
—Y tu deberías de trararla menos como un objeto Aldric.
Sin decir una palabra mas dio media vuelta y se marchó. Yo hice lo mismo en la dirección contraria, hacia el porche.
—Creí que se agarrarían a golpes –dijo Gine una vez que subí al carro.
—El te aseguró que no ¿cierto?. Fracnk no es un mal chico, solo está loco.
—Por que lo dices.”tu eres el menos indicado para decir eso
Encendí el porche y lo puse en marcha.
—Él cree que yo te haría daño, ¿en que cabeza cabe?. Ademas él te vigilo mas tiempo que yo, eso debe ser algo.
—Ya veo. Dime una cosa ¿Toda tu familia tiene esa clase de dones?
—No todos, solo la mayoría.
—¿Y cual es el de Dalian? ¿Hablar así de calmado?
Ambos reimos.
—No, esa es su actitud “normal”. Aun que a decir verdad, Dalian es la mas especial de nosotros.
—¿A sí? “yo la consideraba la mas humana
—Nada de eso, pero no puedo decirte aun por qué, Tazz me mataría, ademas cuando ella te muestre todo, te quedará claro.
—¿Cuál es el don de Tazz?
—¿No vas a preguntarme primero sitiene o no un don?
—Es mas que obvio, por eso quiero saber cual.
—Bueno, ella puede hacerte ver lo que ella quiere que veas, las ilusiones son tan reales que te hacen sentir parte de ellas. A diferencia de mi, Topazz se divierte usando su don. Es por eso que me pidió mostrartelo.
—Ah… ¿Alic también es tu hermano?
—Es algo así, no es presisamente mi hermano de sangre, pero eso es algo más de lo que tengo prohibido decirte por ahora. Piensa que es algo así como mi medio hermano, o hermanastro.
—Y Bill hijo y Bengamin deben ser hermnos ¿verdad? Si que se parecen.
—Si, ambos son hijos de Billius. Nosotros se podria decir que somos adoptados, pero no puedo decirte nada más.
—No puedo esperar a mañana para saber todo eso.
—En verdad no te importa morir por saber el secreto ¿Verdad? –dije ironicamente.
—No, sí muriendo puedo estar contigo –su voz de desbaneció de a poco.
Sí algo extrañaba de ser humano era sentir como la sangre me subía a la cabeza para sentirme sonrojado, era una sensación extraña y a veces incomoda, pero decía más de lo que las palabras podían en momentos como este. Me llevé la mano a la mejilla para poder sentirla, pero no había nada, no me sonrojaría por mucho que lo intentara, sin embargo Gine se había puesto cual carmesí.
—No tienes que avergonzarte, yo habría dicho lo mismo en tu lugar.
Esto pareció relajarla un poco.
Llegamos en unos minutos a la entrada del edificio de su departemento, ya era bastante noche cuando llegamos.
—Vendré por ti mañana, si tienes problemas o algo no dudes en gritarme.
—Claro.
Su cabeza estaba gacha y su mirada por los suelos, no me gustaba para nada.
Con la mayor dlicadesa que pude levanté su barbilla con una mano mientras que con la otra la acercaba por la cintura. Undí mis labios en los suyos, a pesar de que podía sentir como los de ella se aplastaban ante la dureza de los mios no se podía sentir como incorrespondido. Todo eso acabaría cuando la convirtieramos.
—Buenas noches –susurré aflojando mi abrazo.
—B-buenas n-no-ches –tartamudeó ella, mientras intentaba tranquilizar su frenetico corazon –hasta mañana.
—Hasta mañana –le respondí y di media vuelta lentamente para poderme marchar, de lo contrario, quedándome mirandola no podría irme.

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