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Inconscientemente en mi intento por permaneser desapercibido para ella, también había mantenido el secreto de su embarazo para el resto de la familia. Cuando me percaté de eso, decidí mantenerlo hasta que estubiera completamente seguro de que iva a recuperar la memoria.
Inconscientemente en mi intento por permaneser desapercibido para ella, también había mantenido el secreto de su embarazo para el resto de la familia. Cuando me percaté de eso, decidí mantenerlo hasta que estubiera completamente seguro de que iva a recuperar la memoria.
Pero, si iva a mantenerlo en secreto ¿Cómo iba a evitar que viajaramos de regreso a seúl? No sabía que clase de peligros corrían las mujeres en cinta a la hora de viajar, pero no quería arriesgarme. Tenía que encontrar una forma de mantenerla aquí, a salvo y sin delatarnos, y solo se me courría una.
Si yo permanecía en Saián, había una pisibilidad de que ella optaría por quedarse conmigo. Si así fuera, solo quedaba establecer que no daría el concierto en seúl. Cualquier excusa sería buena.
Llamé a nuestro agente y arreglé las cosas. Para el día ocho, ya se habían repartido y publicado avisos por todo Seúl. Yo me quedé con un ejemplar, con el le explicaría a Yunho las cosas.
Enfrentandome al hecho de que podría ser comido vivo justo en ese momento, despues de haber conseguido el ejemplar del aviso busqué a Yunho en su cuarto. No estaba, ni en la sala, ni en la cosina, ni en los baños. Pero su carro estaba estacionado ahí, así que tendría que estar en alguna parte de la suite. Después de revisar todos los cuartos, incluyendo el mío, solo podía estar en un lugar, y rogaba por que no estubiera ahí.
Yunho.- ¡Changmin! ¿Qué haces por estos lares de la suite? –no me gustó haberlo encontrado ahí, solo, con Dita.
El rosto automaticamente se me endureció y el entrecejo se me cerró. La recorrí con la mirada para comprobar que estuviera bien, pero evitando a toda costa su mirada, que podía hacer que todo lo que había logrado en la semana fuera vano.
Changmin.- Te estaba buscando, y puesto que no te encontré en ningún otro lado pensé que podrías estar aquí, aun que tal vez deberías estar con Lenna... –no podía evitar ser lascivo, no podía controlar bien mis sentimientos.
Yunho.- ¿Qué se te ofrece? –preguntó ¿Quería defenderla? El problema no era ella.
Changmin.- Tengo que hablar contigo –la señalé con la mirada, esperando que no fuera tan reacia como mis palabras –pero este no es el sitio adecuado.
Dita.- ChangMin.
Escuché un chasquido en mi intetior. Estaba haciendo algo que no se debía hacer, por que simplemente no había podido. Ignorarla. Algo adentro de mi se estaba rompiendo. ¿En mi interior o el de ella?
Estaba tan asustado que apenas noté que rra su primera palabra en ocho días, al menos para mi. Yunho me siguió hasta la puerta de la suite y hasta su carro. Le hize una señal para que me pasara las llaves. El obedeció, no parecía alterado.
Lo llevé hasta la orilla de la ciudad, si habría de cometerse un asesinato, al menos me gustaría que fuese ahí, lejos de ella.
En silencio le pedí que abriera la guantera donde yo previamente había guardado el aviso con la noticia, enrollado y con una cinta, resplandecía por el color rosa de la imprenta barata que se había empleado para un aviso de ultimo momento.
Tragué saliva cuando el lo tomó un poco indeciso. Me arrepentí, quería al menos una ultima noche para pensarlo.
Changmin.- Espera Yunho, antes de que lo habras ¿Podrías seguir mis instrucciónes solo unavez más?
El asentió confundido. Yo intentaba hacerme a la idea de que ahora solo mantenía la calma porque no sabía que era lo que se avecinaba. No podía hacerme falsas esperanzas.
Lo llevé a el hotel mas cercano, y renté dos habitaciones individuales, pagando por anticipado. Ahí le di las instrucciones de que podría abrir el pergamino el día siguiente, en cuanto se despertara podría abrirlo. El asintió por ultima vez antes de dirigirnos a nuestras habitaciones.
Esa noche tampoco pude dormir, pero no lloré. Sabía que estaba haciendo lo correcto, como lo había estado intentando desde que elegí este camino.
En la mañana escuché un golpe sordo. Supuse que era el taburete de la habitación de alado. Ya tenía que haberlo abierto.
Vestido como estaba, salí de la habitación, no obstante no me encontré con Yunho, o mejor dicho, no solo con él. La bruja –y no podia creer que me estubiera dirigiendo a ella de esa manera– estaba a un lado de el, jusgandome con esos ojos purpuras profundos. La ira podía palparse en la cara de amobos.
Yunho.- Changmin, por favor explicame –su voz aun sonaba contenida, probablemente albergaba una esperanza de que todo esto fuera nada más que una broma -¿Qué es esto?
Changmin.- Es un cartel –intenté que mi voz sonara lo suficientemente seria, cualquier fluctuasión podría arruinar el sentido –esparcido a lo largo de todo seúl, junto con otroas tanto cientos de planillas y anuncios en internet.
Yunho.- Esto... já... ¿No estáras hablando en serio...? –su expresión iba cambiando con forme entendía la realidad de mis palabras –Es que... pero si estás perfectamente ¡Estás perfectamente! –su voz ya se había alterado lo suficiente.
Changmin.- Me lastimé el costado... de cualquier forma no quiero viajar a seúl.
Lenna.- ¿tienes una idea de lo que estas diciendo chico? -¿Creen que me enfrentaría a la ira de Yunho si no la tuviera?
Yunho.- Y es que de cualquier forma ¡¿Con que te pudiste haber lastimado?!
Callé, no importaba la razón, el hecho era de que a comodé lugar no viajaría, si así podía evitar que la mujer a la que amaba se pusiera en peligro.
Yunho se fue a la suite en su carro junto con Lenna. Yo los seguí en un carro de sitio, y llegamos más o menos al mismo tiempo.
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