Desperté un poco aturdida por la primera impresión de no sentir nada del cuello para abajo, pero despues pude recordar que era obra del cansancio.
Retrocedí a mis primeros días de modelo en los que amanecía con la misma sensación, pero ahora era muy diferente.
Recordaba a la perfección por qué me sentía así. Toda la noche medité sobre eso. Mis pensamientos ivan y venían en hilos inconsecutivos que me hacían sentir fuera de la realidad, y me dio la impresción que no pude dormir bien, hasta llegar al punto de haber olvidado la cara de mis hermosos bebes.
Por lo que, mas que aturdida estaba alterada, al despertar, lo primero que quería hacer era ver a mis pequeños hijos trillisos y volver a reconocer la cara de esos extraños.
-No, Yunmin, así se te va a tirar, bebe mas despacio –escuché como un mormullo cuando abrí los ojos.
En mi cerebro la relación tardó un minuto en hacerte. La voz era de Zeto, sí, por alguna extraña razon estaba cerca de mi primojenito y le pedía que lo que fuera que estubiera bebiendo lo hiciera más lento ¿Yunmin ya hablaba y entendía palabras?¿Cuánto tiempo había estado yo dormida?
Hize reaccionar mis extremidades a duras penas para pararme en un intento que me gustaría llamar “Cuando los muertos regresan” ya que lo primero que reaccionó fueron mis brazos.
Me tallé los ojos para contemplar a mi alrededor sin temor a dudas y encontré a mi hermano sentado en el sillón mas próximo a la puerta cargando en sus brazos a mi bebé. Tube que tallar de nuevo. No podía creerlo.
-Así es, ¿Ves como es mas facil? –le decía mientras inclinaba un poco menos el biberón que el mismo bebé cargaba.
Definitivamente no parecía un trilliso prematuro, pero no era el niñito de tres años que yo esperaba encontrar.
Apenas iva a abrir la boca cuando el bebé posó su mirada en mi y olvidé por completo lo que iba a decir, tendría que acostrumbrarme a ese encanto natural. Uno de mis brazos, el mas cercano, involuntariamente se estiró en su dirección.
-Buenos días Dita –saludó Kazeto levantandose y viniendo hacia mi.
-Zeto –contesté, sorprendida por la sonrisa que ostentaba.
Sin basilar, puso el bebé entre mis brazos mientras se sentaba en la cama a mi lado. Con el rabillo del ojo pude ver que habían cambiado de sabanas y que yo llebaba una de mis pijamas de algodón.
-Estaba aprobechando de esos unicos momentos en que Lenna me dejó cargarlo –dijó mirando fijamente a Yunmin.
Yo hize lo mismo.
Era como si lo viera por primera vez ya que lo había visto entre lo vidrioso de mis ojos llenos de lagrimas de dolor, ahora podía ver que era tan hermoso como su hermana. Sus ojos eran tan claros como los míos sin embargo habían concervado la curvatura de los de Changmin, cargaba el biberón con destresa pero sus manos aun quedaban chicas para él. No era tan grande ahora que lo tenía cerca, al menos aun cabe entre mis brazos, pensé.
-¿Cuánto tiempo he estado dormida? –le pregunté a Zeto sin apartar la vista.
-Apenas dos días.
-Ah -¿apenas?. Me parecía una eternidad en la que caí en el olvido. Volví a revisar a Yunmin con un vistazo rápido -¿Por qué es tan grande?
-El doctor dijo que fue algo muy bueno de tu parte haber tomado acido folico aun que estubieras a punto de morir desnutrida, eso los ayudó, ademas de comer bien. Hay varias cosas que tienen que hacerse durante el embarazo, y parece que tu te las arreglaste para hacer la gran mayoría tu sola.
Sabía que haberlos amado tanto durante todo el embarazo no era solo cosa mía.
-A este paso será mas grande que su padre a los tres años –bromeé, Yunmin curvó las comisuras de sus labios hacia arriba, dandome la impresión de que entendió lo que le dije.
-¿Por qué están tan despiertos?
-¿Te refieres a los tres? Bueno, es algo también sobre el acido folico y la buena alimentación, pero el que no aceptaras la raquea ayudó a que no salieran medio adormecidos. En cuanto a su desarrollo rápido y sus habilidades para percibir lo que pasa a su alrrededor, nadie lo sabe, aun es un misterio. Pero yo podría asegurar que es un gen de parte de la familia de Changmin –Era la primera vez que Zeto pronunció su nombre sin una nota de rerpoche o ira en su voz.
-Parece que me entiende.
-Oh si, lo hace. En realidad los tres. Misun no ha dejado de preguntar por ti.
-¿Pregunta por mi? –tuve que separar la mirada de Yunmin para que no cayeran sobre sí mis ojos que se salían de sus cuencas por la sorpresa.
-No directamente, aun no sabe hablar. Toca el vientre de Lenna de una manera extraña, como si acariciara un vultito inexistente. De alguna forma, todos captamos que es su forma de preguntar por ti.
Miré al bebé entre mis brazos que ya había dejado el biberón de lado sin dejarlo caer, y me miraba fijamente.
-Yo también quiero ver a tus hermanos –le dije mientras acariciaba su cabeza aun humeda. El reaccionó a mi caricia irradiando calma y tranquilidad, era casi como si me estubiera acariciando a mi misma, me hacía sentir lo que sentía con el roze.
-¡Que curioso! –exclamé.
Zeto tomó el biberón casi vació y se dirigió a la puerta, pero antes de que el pudiera salir, entraron como torbellino, Moongirl, Jaejoong y Changmin con Minho en brazos. En realidad Jaejoong y Tsukiko lo flanqueaban, o mejor dicho al bebé.
-Creí escuchar que querías verlo –dijo Cahngmin con media sonrrisa de lado mientras se acercaba con mi segundo hijo y ocupaba el lugar de Kazeto en la cama.
-A ambos –le repuse –mis tres hombrecitos. –Jugueté un poco con cierto rizo unico en la cabellera de Yunmin.
Como había sido Minho con el que había tenido menos tiepo para convivir me sorprendió aun mas haberlo visto. Parecía a penas un poco mas grande que sus heramanos, un poco mas alargado y delgado.
-Hola Minho –pronuncié cuando los tube a ambos en mis brazos.
No pude evitar compararlos, Minho tenía los ojos oscuros y con esa curvatura hacia abajo que tanto me hacía recordar a Changmin, sim embargo aun se parecía a Yunmin. Ambos me miraban sorprendidos, Yunmin aun conservaba su sonrrisa.
Changmin estiró los brasos para poder sostener a Yunmin, de nuevo Girl y Jae lo flanquearon, parecían tener la acitud de no dejar a nadie entrar en un radio de medio metro alrrededor del bebé. Pero a penas sostubo Changmin a Yunmin en sus brazos una tercera persona entró en el circulo.
Lenna estiró los brazos y sin titubiar Changmin puso en ellos al bebé, Yunho la esperaba en la puerta. Salieron con una andar diferente al que con el que entraron. Apenas hubo Yunmin salido de la habitación la mayoría de la miradas se posaron en Minho.
-Lenna casi nunca deja que alguien más cargue a Yunmin –aclaró Zeto sin despegar la vista de mi bebé.
-Lo quiere, y mucho –añadió Changmin, sorprendido el mismo por lo que acababa de decir.
Volví mi vista a Minho, puesto que nadie añadió nada más. Seguía sorprendido con los ojos bien abiertos escudriñandome completa y curveando sus labios de vez en cuando, al comprobar que yo eraesa persona que lo esperaba tanto. Era tan hermoso como Yunmin y Misun, aun con su cara de extensa curiosidad.
Sin embargo me sorprendía que ni Jaejoong ni Tsukiko dijeran una sola palabra a pesar de que sus miradas se encontraban mas fijamente clavadas en ese, mi segundo hijo.
Comprendí perfectamente que ellos se habían encariñado de él como Lenna y Yunho de Yunmin.
-Girl, aun estoy algo cansada. ¿Podrías cargar a Minho por un segundo? –el solo comentario hizo aparecer en ambos rostros una sonrisa totalemente resplandeciente.
Sin embargo la actitud de Tsukiko hacia mi hijo era diferente a la mayoría, en lugar de contamplarlo como quien contempla una maravilla ella le hizo mimos y caricias hasta lograr que él bebé soltara una risita tan melodiosa que hizo que en la habitacion se pudiera mover solo ella.
Yo estaba realmente complacida por la actitud que tenían todos hacia Yunmin, Minho y Misun.
¡Misun!
-¿Misun? –susurré sin saber exactamente a donde voltear puesto que dudaba que alguien fuera a darme la respuesta.
-Ah... Misun –empezó Changmin dirigiendome denuevo la mirada –Bueno, ella está con Junsu.
-Y Yoochun –agregó Jaejoong.
-¿Desde antier? –pregunté casi sin aliento por la sorpresa, pero luego de pensarlo bien probablemente no sería lo correcto. Lo mas logico sería que Junsu apenas halla tocado a la bebé desde que la dejé en sus brazos.
Pero al notar que nadie me respondía me preocupé.
-¡¿Desde antier?! –exclamé. No podía creer que Junsu amara tanto a mi bebita que no se haya separado de ella en dos días.
-Al unico que le ha permitido cargarla es a Changmin, y es por que él es el padre. Yoochun tiene suerte de que lo deje verla tan de cerca–decía Jae, que comenzaba a salir del trance.
-Aun que, no es que ella tampoco quiera que él sea el unico que la cargue... –añadió Zeto, aun desde el sillón donde lo encontré la primera vez.
¿Estaban diciendo que mi bebé, mi pequeña Misun prefería que Junsu se encargada de ella antes que su propio padre?
-Se remueve intranquila cuando está en los brazos de alguien mas, y estira los sullos en dirección de Junsu cada que está lejos. Solo ha dormido tres veces en estos dos días pero dormita mucho en los brazos de Junsu –decía Tsukiko con voz lugubre pero sin separar la vista de Minho.
-Es cuando está en los brazos de Changmin que se acerca al vientre de Lenna para preguntar por ti.
Todas esas palabras resonaban en mi cabeza. Una parte de mi quería estallar a carcajadas por lo graciosa que resultaba toda esta situacion, pero otra parte de mi tenía mucho miedo.
¿Y si cuando me viera por segunda vez, conciente, decidía que era aun mejor estar con Junsu?
Esa bebé maravillosa que podía persivir todo a su alrrededor tan claro como sus hermanos y a la que había cargado y visto bien por vez primera preferiría estar con alguien a quien yo consideraba mi hermano.
Se me congeló el pecho por un instante, pero una risita aguda y melodiosa entró desde la puerta hasta posarse en mi corazon haciendome reaccionar como cuando escuché la voz de Changmin por primera vez en seis meses.
Junsu se encontraba en el marco de la puerta como lo había estado Yunho, pero con paso firme se dirigía hacia mi embozando una gran sonrisa, mostrandome todos sus blancos dientes, recordandome cuando yo solía tratarlo y verlo como mi primer bebé.
Traía a Misun en brazos envuelta en cobijas blancas y rosas, y entre esas cobijas una mano aun mas rosada, suave y regordeta se erguía en un gesto que yo recordaba bien, abriendo y serrando las palmas.
-Te extrañaba –dijo Junsu, mientras se seguía hacercando a mi.
Habia escuchado muchas veces la voz de Junsu, mas que la de mi made incluso. Lo había escuchado cantar, resongar, murmurar, susurrar y hasta gritar, pero nunca había escuchado que su voz sonara tan dulce, ni siquiera cuando cantaba.
-¿Tu o ella? –pregunté, trataba que mi voz sonara relajada y hasta burlona, pero al final un agudo quebrado me delató. Junsu tubo que ensanchar su sonrisa para devolverme la autoestima, pero solo lo logró una risita mas de mi hija.
Estiré bien los brazos y los puse firmes acortando la poca distancia que quedaba entre Junsu y yo. El entendió perfectamente, y la depositó sobre ellos, con extrema delicadeza.
Ella aun tenía la manita a lo alto y con ella pudo rosar suavemente mi mejilla, la rasguñó denuevo pero sin dejar marcas. Ya tenía que cortarle sus uñitas.
-Si, yo también te extrañé –murmuré, ella sonrió. Junsu también lo hizo, aun más, si se puede.
La miré como lo hize por priemra vez, detallando cada una de sus facciones, buscando en ellas aquellos rasgos que me hacian ver que yo verdaderamente era su madre y Changmin su padre, así como los hermosos ojos oscuros de Minho y el ligero y suave rizo en la nuca de Yunmin. Y ahí estaban mis ojos, ni muy alargados ni muy oscuros, pero si con unas pesañas muy largas como las de Changmin que ondeaban al parpadear.
Me hacía sentir que todo era perfecto.
Contrario a lo que parecía querer separé mi mirada y pasé las vista por todas y cada una de las personas que nos rodeaban.
Por una parte estaba Jaejoong y Tsukiko, y mi adorado Minho radiantes, riendo, muy felices. En la puerta estaban Lenna y Yunho, y mi pequeño amado Yunmin, serenos, tranquilos, en paz, delante de ellos Yoochun, que miraba atentamente cada movimiento de Misun, así como Junsu que comenzaba a acariciarle ligeramente la mejilla con su gran sonrisa. Recorri casi todos los rincones hasta encontrar lo que hacía falta, mi hermano Zeto, pero él no se había movido de su lugar, me había costado reconocerlo por aquella radiante sonrisa que el tambien embozaba, como si la vida de mis bebés hbuiera cambiado la suya como lo había hecho con la nuestra. No parecía ser capaz de acabar con esta felicidad que implicaba el que todos estubieramos unidos así como ahora. Tal vez, podría relajarme, y dejar esa idea de que Zeto intentaria separarme denuevo de mi razón de existir.
Y por ultimo encontré la mirada de Changmin, quien me miraba como si nada de esto hubiera pasado, o como si nuestra vida hubiera iniciado de esta manera. Como si el hecho de quedar sin palabras en una habitacion con once personas y personitas fuera lo mas comun del mundo. Como si siempre hubieramos vivido así.
Tal vez, mi vida no tendría que acabar ahora. Tal vez, despues de todo no moriría en los brazos de nadie. Tal vez, apenas ahora había comenzado a vivir.
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